Padre E Hijo Siguen Mensaje Grabado En El Suelo, Pero No Estaban Solos

“AYUDA”

El niño y su padre casi pasan por encima del mensaje de una sola palabra que alguien había grabado en la tierra. Era un camino perdido en medio de la naturaleza, que se dirigía a un bosque cercano. El mensaje decía “AYUDA”.

Al instante, un escalofrío recorrió sus espinas dorsales. No esperaban que hubiera nadie más allí, sólo animales salvajes. Poco sabían que estaban a punto de tener un encuentro que cambiaría sus vidas para siempre.

Lo Oyeron

Tras unos minutos reflexionando sobre qué hacer, la pareja salió del coche e inspeccionó los alrededores. Todo estaba en absoluto silencio: sólo cantaban algunos pájaros aquí y allá. No había casas, granjas, coches ni ningún signo de actividad humana en los alrededores.

Pero fue entonces cuando oyeron la voz. Empezaron a caminar en la dirección de donde procedía, abriéndose paso entre la vegetación salvaje. Entonces vieron lo que ocurría. Al padre se le cayó el corazón a los pies.

Chris Y Ryan

Chris Gordon compartía un profundo vínculo con su hijo Ryan del que muchos padres estarían celosos. Desde que era pequeño, el padre siempre se había esforzado por estar en la vida de su hijo.

Ambos compartían aficiones, actividades y conversaciones. El mayor objetivo de Chris en la vida, aquello en torno a lo cual giraba todo lo que hacía, era éste: quería ser un hombre al que su hijo pudiera admirar y del que pudiera sentirse orgulloso. Pero eso no era todo.

Un Ejemplo

Quería ser un buen ejemplo, alguien que inspirara y guiara a su hijo por los caminos de la vida. Creía firmemente que su principal papel como padre era enseñar a su hijo a ser un hombre bueno, digno y de confianza.

Eso incluía considerar a su hijo como un igual, estar en sintonía con sus pensamientos, deseos y dudas, y compartir con él sus conocimientos y experiencia. Había una razón por la que esto era tan importante para Chris.

Un Pasado Problemático

Chris no tuvo el privilegio de tener una figura paterna tan presente mientras crecía. Sus padres se divorciaron cuando él era sólo un niño: Dominic, el padre de Chris, tenía una serie de malos hábitos y nunca prestó demasiada atención a su familia.

Hacía décadas que Chris no hablaba con su padre. Al crecer, la ausencia de Dominic en su vida tuvo graves consecuencias en su personalidad; incluso años después, seguía luchando contra ellas.

Sin Orientación

Al crecer y en su transición a la edad adulta, Chris a menudo se sentía sin dirección. Se rodeó de malas compañías y empezó a meterse en líos. Incluso estuvo a punto de entrar en prisión por su implicación en algunos sucesos de los que se negaba a hablar incluso años después.

Pero todo cambió cuando conoció a Alice, su mujer y madre de su hijo. Desde entonces, tomó la decisión de corregir su conducta, y su vida había estado prácticamente libre de problemas desde entonces. Sin embargo, estaba a punto de ocurrir algo que lo pondría a prueba.

Día De Caza

La caza era una de las aficiones que compartían Chris y Ryan. Era una de sus actividades favoritas. Nada podía superar la sensación de aventura y emoción, pero también de calma, que les producía pasar un día en el bosque, al acecho de animales salvajes.

Cuando ocurrió, estaban en el coche de Chris, de camino a su lugar favorito del bosque. Estaban hablando de qué tipo de animales encontrarían en esa época del año cuando, de repente, Chris paró el coche en seco.

¿Qué Ocurrió?

La primera reacción de Ryan fue mirar a su padre. Chris se había quedado helado y tenía los ojos fijos en la carretera, con una expresión alarmada en el rostro.

“¿Qué pasa, papá?”, preguntó el niño. Chris no dijo nada. Se limitó a señalar la carretera que tenían delante. Ryan trató de comprender qué había hecho que su padre se sobresaltara, pensando que podría tratarse de un animal cruzando la carretera. Fue entonces cuando lo vio.

Estaba Allí

Podrían haberlo pasado por alto fácilmente: la señal estaba toscamente rayada en la tierra con líneas finas y de forma apresurada, como si la persona que la había hecho estuviera escapando de algo o de alguien.

Pero una vez que se pudo mirar de cerca, era inconfundible: alguien había escrito “AYUDA” en medio de la carretera. Rápidamente, padre e hijo salieron del coche para ver qué pasaba y pensar qué podían hacer.

Era Reciente

Mirando más de cerca, Chris se dio cuenta de que las líneas en la tierra parecían recientes; nadie las había pisado y ningún coche parecía haber pasado por encima. Eso sólo podía significar una cosa.

Probablemente eran las primeras personas que habían visto aquel mensaje. Pero, ¿quién podía ser su autor? ¿Se trataba de alguien en apuros o de una broma retorcida? En medio de todas estas preguntas, de repente oyeron algo. Parecía una voz humana.

Gritos

Los dos oyeron algo parecido a gritos humanos que provenía del bosque. Un escalofrío recorrió su espina dorsal. Las cosas se estaban poniendo cada vez más terroríficas.

“¿Tal vez sea un zorro?”, preguntó el niño a su padre, tratando de ocultar el miedo en su voz. Sabía que los zorros en celo pueden chillar de una manera que recuerda extrañamente a los gritos humanos; pero también quería salir de allí cuanto antes. Al cabo de unos segundos, su padre respondió.

La Decisión De Gordon

“Puede que sí, pero puede que no. Tenemos que ir allí y asegurarnos”, sentenció Chris. La pareja comenzó a caminar hacia las profundidades del bosque, de donde provenía el escalofriante sonido.

Hicieron lo posible por abrirse paso entre los arbustos, atentos a cualquier animal oculto que pudiera darles una desagradable sorpresa. Ryan nunca había estado tan asustado en su vida, pero aun así siguió a su padre. ¿Qué encontrarían en el corazón del bosque?

Descubrimiento

El niño no lo sabía, pero Gordon también estaba asustado. Sin embargo, sintió que era su deber hacer lo correcto y asegurarse de que quien estuviera en apuros pudiera recibir ayuda.

Después de caminar un rato, por fin la vieron: una mujer estaba sentada en lo profundo de un pequeño barranco en medio del bosque. No había forma de llegar hasta ella, ya que el terreno era demasiado inclinado. Probablemente se había caído allí. ¿Qué podían hacer ahora?

No Podía Salir

La mujer no podía salir, así que ellos tampoco podrían hacerlo solos. Rápidamente, Chris sacó su teléfono y llamó a un equipo de rescate.

En cuestión de minutos, estaban allí. Con la ayuda de cuerdas, consiguieron sacar a la mujer de la hondonada. Pero cuando pudo mirarla desde más cerca, Chris se dio cuenta de algo: reconocía a aquella mujer.

Amanda Ogle

Se llamaba Amanda Ogle, y Chris había visto su cara antes. Aparecía en las noticias y en los periódicos. Al parecer, la mujer, que tenía problemas mentales, había desaparecido hacía sólo unos días.

Por suerte, su estado físico era decente. Sin embargo, quedaba una pregunta en el aire: ¿cómo había acabado en medio del bosque? ¿Cuál era su historia?

La Policía Interviene

Justo después de que Amanda fuera rescatada por el equipo, uno de los miembros llamó a la policía. La explicación más obvia era que se había escapado del centro de acogida en el que solía estar, situado a las afueras de la ciudad.

Sin embargo, justo después de que un coche de policía apareciera en escena y cuatro agentes se bajaran, se reveló un hecho sorprendente.

El Centro De Acogida No Lo Denunció

El centro de acogida no había denunciado la desaparición de Amanda Ogle a la prensa ni a la policía. Fue su familia quien lo hizo. El centro de acogida, que debería haber sido responsable de garantizar que Amanda estuviera bajo el cuidado de profesionales y segura en todo momento, no había dicho ni pío al respecto.

Naturalmente, la familia de Amanda se indignó cuando un día fueron a visitarla y vieron que no estaba allí, mientras que la administración del centro se hacía la tonta. ¿Qué estaba pasando?

Desconcertados

Todos los miembros del equipo de rescate se quedaron perplejos cuando oyeron lo que decía uno de los agentes. Estaba claro que había gato encerrado en aquella historia. Chris, en particular, se preguntó qué podía estar pasando.

Se acercó a uno de los agentes y se ofreció a ayudarles en lo que pudiera para resolver el misterio. Sin embargo, aún quedaba mucho por hacer para descubrir la verdadera historia de Amanda. Y en ese momento, sólo se podía hacer una cosa.

Interrogarla

Tenían que interrogar a Amanda y tratar de ver si podía decirles algo útil para la investigación. Así que rápidamente, después de que el equipo de rescate se asegurara de que la chica estaba en condiciones físicas adecuadas, los policías se dirigieron a ella y se presentaron.

Sabiendo que Amanda probablemente se sentiría desorientada y confusa, hicieron todo lo posible para que se sintiera a gusto antes de hacerle ninguna pregunta. Pero pronto se dieron cuenta de algo inquietante.

Muda

Amanda parecía incapaz de pronunciar una sola palabra. Le preguntaran lo que le preguntaran o le dijeran lo que le dijeran, permanecía en silencio. Parecía oír sus palabras y reaccionar a los sonidos, pero era como si se hubiera quedado muda.

Y eso no era todo. Había otro detalle inquietante que convertía toda la situación en un enigma como nunca antes se habían encontrado aquellos agentes.

Her Expression

Amanda’s expression wasn’t that of a distressed or scared person. She looked absolutely calm and peaceful, like she had gotten over her accident in a matter of minutes.

If that were so, why was she unable to speak? If it wasn’t because of the trauma and shock she had undoubtedly gone through, what could possibly be the issue? The police officers and the rescue team were immersed in these questions when, suddenly, a car parked near the scene.

Her Family

It was Amanda’s family. The rescue team had phoned them the minute after they made sure Amanda was alright. Naturally, they had been worried to no end for the previous days, and absolutely furious at what seemed, at least, like outrageous negligence by the care center.

Little did they know that, when the truth unfolded, it would turn out to be even darker than they could have ever imagined.

“Stay Out Of It”

However, there wasn’t much that could be done for the time being. Amanda seemed unable to say a word about what had happened to her, how she got out of the care center’s facilities, or how she ended up in that forest.

Chris talked to the police officers. They thanked him for his willingness to help, but advised him to leave things to law enforcement professionals and stay out of it. As he saw the police car leaving the scene, Chris had a gut feeling.

Something Wrong

He knew there was something fishy. He talked to Amanda’s family; they were furious and outraged about the care center’s negligence and hoped the police would clear the matter in the following days.

But as he drove back home with Ryan, Chris couldn’t stop thinking about how strange everything looked. That’s when he made a decision.

Chris’ Decision

When father and son finally got home, Chris told his wife about everything that had happened. “I don’t know what’s going on, but it all sounds really fishy to me,” he told her. “I’m gonna try to find out what’s happening here.”

Chris’ wife stayed silent for a few minutes, like she was pondering whether she should say what was really on her mind. Then, she spoke.

“Be Safe”

“Do what you feel like you have to do. I trust you. But please, for Ryan’s sake and mine: be safe.” Chris promised that he would resort to the authorities if he felt like he was getting into a dangerous situation.

They both went to bed, and it took them a while to fall asleep. Their minds were filled with thoughts about what could be the truth behind Amanda Ogle’s disappearance and what Chris could be getting into.

Investigating

The next morning, Chris began his investigation. He started off by searching for the people involved on the Internet. He looked up the care center in question and tried to find all the upper management staff.

As he was going through the names of all the members of the care center’s direction, he read something that rang a bell. When he realized why that was, a chill went down his spine.

Salkeld

The care center director’s surname, Salkeld, sounded strangely familiar to Chris despite it being an odd one. He thought about it for a while. “Where have I heard that surname before?” he wondered. Suddenly, he realized.

The local police chief had the same surname. He had been involved in numerous scandals for the last few years, related to alleged connivance between the higher ranks of the local police department and certain organized crime groups. And that wasn’t all.

It Was Serious

Allegedly, some of these groups were involved in matters as serious as human trafficking. However, none of the allegations against the police chief had seemed to stick, and the man hadn’t been indicted. But could he be related to the care center’s director?

He looked up both of their names on the Internet. He saw an online post of an obituary for someone who also bore the surname of Salkeld. His heart jumped when he realized something: the care center director and the police chief were brothers.

Calling The FBI

Now that was starting to get really creepy. It might be something way bigger than Chris could handle by himself. So. after thinking for a while, he decided to do what his wife had advised.

He dialed the FBI number, told them about all he had witnessed in the past days, and offered to help with whatever they could. The man on the line listened to everything he said, asked him a few more questions, thanked him for the information, and guaranteed that two agents would be in town by the end of the week. Chris sat back, overwhelmed by how his life had changed in just two days. He didn’t know what was ahead for him, but there was something he knew: he had done the right thing.

In order to protect the privacy of those depicted, some names, locations, and identifying characteristics have been changed and are products of the author’s imagination. Any resemblances to actual events or places or persons, living or dead are entirely coincidental.