Chavales Ven A Chica Con Padre Actuando Sospechosamente, Los Siguen Con Cámara Oculta

Un Día Normal

Era una noche más en aquella parte del pueblo que algunos jóvenes aprovechaban para patinar. Cuatro chavales practicaban sus trucos en un parking subterráneo, pasándoselo de miedo. Sin embargo, se hacía tarde y los cuatro chicos canadienses pronto tendrían que volver a casa.

Sin embargo, al salir del aparcamiento subterráneo, les detuvo una escena sospechosa.

No Tan Normal

Una joven claramente alterada y dos hombres mucho mayores avanzan por el césped hacia el aparcamiento. Uno de los hombres estaba siendo bastante brusco con la adolescente perturbada. Al principio, caminaba detrás de ella, pero luego pareció darse cuenta de que tenían compañía.

Eso por sí solo no fue suficiente para despertar sospechas; a continuación, los chavales se fijaron en algo más.

Griterío

Según uno de los patinadores, “La chica estaba gritando y chillando”, dijo Carsyn Wright: “Sólo quería salir de allí”. Eso, en sí mismo, fue suficiente para despertar sospechas en los chicos. Los cuatro adolescentes dirigieron su atención a los hombres y se enfrentaron a ellos para pedirles una explicación.

¿Qué estaba pasando ahí?

La Explicación Perfecta

El más fornido de los dos hombres explicó a los preocupados chicos que era el padre de la chica. Suponiendo que tal vez la había encontrado bebiendo sin ser mayor de edad o algo parecido, los chicos se echaron atrás. La mujer no pidió ayuda ni contradijo las palabras del hombre, así que lo dejaron pasar.

Sin embargo, algo les hacía tener la mosca detrás de la oreja.

Ignorancia

Se hacía tarde en Calgary y los chavales tenían que ir volviendo a casa. Tras recoger sus monopatines y sus reservas, emprendieron el camino de vuelta. Lo más sencillo era fiarse de aquel hombre. Después de todo, la chica no había dicho nada que le contradijese.

Pero no podían quitarse de encima la sensación de que algo no iba bien.

Inquietud

Era cierto que la chica parecía un poco piripi, pero cuanto más pensaban los chicos en el asunto, más se preocupaban. ¿Era correcto que hubiesen cedido tan rápidamente?

El hombre que decía ser su padre parecía muy seguro de sí mismo, incluso arrogante. ¿Actuaría así un padre? Entonces, se les ocurrió un detalle inquietante que les hizo cuestionarse todo.

Algo Raro

“Estaba toda desaliñada y sucia”, recuerda Carsyn. Parecía que hubiera estado forcejeando con aquel hombre.” Luego, como pretendiendo poner fin a la conversación, el hombre la había subido al hombro como un saco de patatas. Pero ella seguía intentando resistirse.

Todos los instintos de los chicos les gritaban que volvieran. Nunca se perdonarían si no lo hacían.

No Podía Ser Verdad

Cuanto más pensaban en ello, más presentían que algo no iba bien. ¿Cómo podían estar seguros de que los tres se conocían? ¿Y qué hacían esperando fuera del aparcamiento a esas horas? La corazonada les golpeó a todos la vez: podía haber algo más oscuro.

Se apresuraron a volver. Solo esperaban no llegar demasiado tarde.

Esperando Lo Mejor

Los chicos admitieron que no estaban convencidos, pero Wright dijo: “En una situación así, uno no quiere esperar lo peor. Te imaginas la peor situación posible y esperas que no sean así las cosas, así que lo descartas y confías en que no esté pasando nada grave”.

Cuando llegaron al exterior del aparcamiento, el trío no estaba a la vista. Pero no les llevó mucho tiempo averiguar dónde habían ido. Tendrían que entrar al parking.

En El Interior

Pero lo que los chicos no sabían era que los dos hombres no eran quien parecían. Cuando entraron en el aparcamiento subterráneo del Chinook Centre, también se adentraron, sin saberlo, en los oscuros bajos fondos de Calgary, y ya no habría vuelta atrás.

Había un problema creciente en la comunidad. Bajo el lujoso exterior del centro comercial bullía algo mucho más grande y oscuro.

La Boca Del Lobo

El agente Arthur L. Doner había estado investigando un repunte de la actividad delictiva en el suroeste de Calgary, pero todas las redadas y los registros habían resultado infructuosos.

Los negocios de las bandas rivales en la zona habían alcanzado proporciones aterradoras y, al igual que con una bestia mítica, la policía acababa con un miembro sólo para que dos más surgieran de la nada. No tenía ni idea de que cuatro chavales iban a intentar enfrentarse a la Hidra ellos solos.

Subterráneo

Los chavales se adentraron lentamente en la oscuridad que reinaba bajo el Chinook Centre. Ya sabían que hoy no había guardias de seguridad, pues habían explorado el terreno a sus anchas antes de coger sus monopatines esa misma tarde. El parking subterráneo era el lugar perfecto para hacer travesuras.

Por desgracia, eso era algo que los adultos también sabían.

Nada Bueno

Las imágenes de las cámaras de seguridad muestran a los hombres paseando de un lado a otro de las plazas de aparcamiento, buscando algo. La chica les acompaña mientras buscan el rincón más alejado, y en un momento dado descubren exactamente lo que están buscando.

Abren la puerta que da a las escaleras y acompañan a la chica al interior, y los tres desaparecen cuando se cierra tras ellos.

Una Escalera Vacía

Los chicos entraron silenciosamente en el aparcamiento subterráneo. Ese día, todo estaba extrañamente vacío. Su primer impulso fue mirar detrás de los pocos coches que había aparcados, pero no pudieron ver al trío por ninguna parte. Al cabo de unos minutos se dirigieron a las escaleras, y los cuatro rezaron para que no estuvieran allí.

Todo se estaba volviendo demasiado real para conservar la tranquilidad.

En La Oscuridad

Arnaud se quedó quieto, con la mano en el pomo de la puerta, mientras lanzaba a los demás una mirada que les indicaba que estuvieran preparados. Con un movimiento rápido, bajó el picaporte y abrió la puerta de golpe.

Pero lo que los chicos encontraron en las escaleras los dejó atónitos. Nunca podrían haberse preparado para esto.

Pillados

Los chicos habían buscado en el interior del aparcamiento subterráneo, espiando entre las filas de coches mientras caminaban. Con tantas sombras en las que esconderse, podían estar en cualquier parte.

Pero sólo cuando buscaron en el hueco de la escalera los encontraron. La escena con la que se toparon era aún peor de lo que jamás hubieran podido imaginar.

De Cara Con La Verdad

Los chicos doblaron la esquina y se asustaron por lo que habían encontrado. Apenas podían distinguir la forma de los hombres en la oscuridad. Sus instintos les dijeron que corrieran, pero en un instante, todos decidieron actuar.

No podían abandonar a la chica a su suerte, tenían que hacer algo.

Escondidos

Los cuatro chicos estaban asqueados y congelados por lo que los hombres le estaban haciendo a la chica. Arnaud Nimenya, uno de los chicos, admitió que “no sabía qué hacer”. Sin embargo, los cuatro no tardaron en reaccionar y trataron de separar a los hombres de la chica.

Los hombres, por supuesto, estaban furiosos. Pero los chicos no tenían ni idea de con quién se estaban metiendo.

Furia

El hombre más alto, frustrado, trató de abandonar la situación por completo, de lavarse las manos. El otro hombre, su cómplice, le siguió mientras se marchaban. Nimenya comentó mientras los seguían: “Me empujó mientras me dirigía una sonrisa socarrona, como si me dijera ‘Puedo hacerlo. No puedes hacer nada'”.

No podían quedarse parados y dejar que se salieran con la suya.

Persecución

Mientras los hombres intentaban marcharse, se volvieron para ver a tres de los chicos persiguiéndole. Uno de ellos se había quedado atrás con la chica mientras los otros le daban caza. Intentaron dejarlos atrás, pero los alcanzaron rápidamente.

Decididos a no dejar que los hombres se salieran con la suya con una crueldad indescriptible, los chicos siguieron corriendo por las calles de Calgary. De repente, los tenían encima. No les quedaba ningún sitio al que huir.

Tipoff

Officer Doner was ready. He had gotten a tipoff that the man he had been watching carefully had been spotted near the Chinook Centre, along with one of his cohorts.

He sped through the affluent streets of the southwestern suburb until he saw the enormous building outlined against the evening sky. He radioed for backup, but he didn’t have to search for the suspected leader of the gang for long. He practically ran into the side of his car.

Fighting Back

With the teenagers in hot pursuit of the men, they turned to face the teenagers. That’s when the larger of the two decided to fight.

He ripped a skateboard from one of the boys’ hands and used it as a bludgeon, trying to push them back. He knew it was the end of the line, but he thought he could win by sheer force. Little did he know, Officer Doner was only a few feet away.

Police Interference

Before the man could do serious harm to the boys, Officer Doner got involved. He leaped out of the car and wrestled the man to the ground. He couldn’t believe it. He finally had him.

However, by the time backup had arrived, the second man was long gone — back into whatever hidey-hole he had come from. But what about our heroes?

Running Home

After seeing the police car, they had instinctively run. They sprinted all the way back to the parking lot, where they found the last boy comforting the girl who had just had such a harrowing ordeal. They had no idea that they had just tangled with a notorious gang leader.

Making sure she was safe, sound, and unscathed, the boys returned home. But then, the phone calls began.

Worry

The teens didn’t realize that their ordeal wasn’t over yet. They kept getting phone calls but were too afraid to answer. What if they were in trouble for fighting the man? Or worse, what if the man had somehow gotten their contact details?

But the calls kept coming. They knew they had to bite the bullet and face the consequences of their actions. They couldn’t run away forever.

Afraid At First

The police chief, Chief Const. Roger Chaffin tried to call the boys, wanting to thank them for what they’d done. Unfortunately, the boys misunderstood the calls — they thought they’d get in trouble for fighting the man.

Eventually, the call went through, and the boys were pleasantly surprised by what they were told but also a little fearful.

Notorious

The man that they had gotten arrested was none other than a key figure in the gang that had been plaguing Calgary for years. The members of the FOB gang were well-known for their unsavory dealings. The boys shuddered to think about what dark fate they had in store for the girl that they had rescued.

The police of Calgary had been trying to catch the man for months, but he had somehow managed to evade them.

Spilling The Beans

When the man was brought into custody and interrogated, he spilled all the details on his fellow gang members. From addresses to a list of crimes, it was all there. Officer Doner was floored.

Finally, he had an inroad to tackling the gangs that plagued Calgary. And all thanks to four brave young boys! But how could the police force repay them?

Celebration

The four boys were invited to attend the Chief’s Award Gala in recognition for their services to Calgary and to the young girl they’d saved.

All four agreed that it’s what they hoped anyone would’ve done in the same situation. Next time, they’ll know to trust their instincts as much as their boards.

Bravery

If you had found yourself in the same situation, would you have trusted your gut feeling? Or would you have walked away?

What these four teens did was an incredible act of bravery and took a lot of courage. It’s not easy to stand up to one adult who seems to have authority, let alone two. Who knows what would have happened to the girl if they hadn’t trusted their instincts?

In order to protect the privacy of those depicted, some names, locations, and identifying characteristics have been changed and are products of the author’s imagination. Any resemblances to actual events or places or persons, living or dead, are entirely coincidental.