Mujer Camina 35 Kilómetros Al Trabajo Cada Día, No Sabe Que La Están Siguiendo

Un Paseo Por La Calle

Llevaba caminando cada mañana y cada tarde desde que había empezado el año, deseando que hubiera otra alternativa mejor, pero sabiendo que era el mejor camino posible.

Los 16 kilómetros de ida y vuelta al trabajo habían sido un reto para ella, pero después de hacerlo durante más de seis meses, estaba más que acostumbrada. Pero un día, todo cambió cuando se dio cuenta de que un agente de policía la seguía. 

Todo Por Sus Hijos

Mandy Jean Beasley, residente en Chicago, Illinois, era la típica estadounidense de cuarenta años. Madre de dos hermosos niños, Mandy los había criado sola, haciendo todo lo posible para darles la mejor vida posible.

Por entonces trabajaba como camarera. En general, estaba satisfecha con cómo iban las cosas en su vida. Pero todo esto cambió en un abrir y cerrar de ojos.

Tiempos Difíciles

En el primer trimestre de 2021, la empresa de Mandy despidió a varios empleados, incluida ella. El despido la sorprendió a ella y a sus compañeros; la empresa había declarado que necesitaba reducir su plantilla como respuesta a la crisis económica.

El golpe pilló a Mandy desprevenida, y tuvo que echar mano de sus ahorros para mantener a sus dos hijos. Sabía que tenía que buscar un nuevo trabajo lo antes posible o acabaría en la calle.

Buscando Trabajo

La búsqueda de un nuevo empleo fue más difícil de lo que Mandy pensaba, ya que en muchos posibles sitios la dejaron de lado, prefiriendo otros candidatos. Pero no perdió la esperanza y recorrió foros y páginas web de empleo durante meses en busca de un buen puesto. 

Pero por mucho que la descripción del trabajo se ajustara a todo lo que ella sabía y podía ofrecer, había unos cuantos problemas importantes que la disuadieron de presentar su currículum. 

Dificultades Insuperables

El trabajo al que Mandy aspiraba era similar a su último puesto. Pero, lamentablemente, le pagaban menos que en su anterior empleo. Además, las oficinas de la empresa estaban a 16 kilómetros de su casa. 

No le sobraba el dinero para gastar en taxis y ni siquiera en transporte público, ya que estaba muy endeudada después de estar en el paro durante casi un año. A pesar de las probabilidades en su contra, Mandy se conformó con el trabajo.

Yendo Al Trabajo

Llegó el día de la entrevista y Mandy acudió a la cita. La aceptaron, pero mientras regresaba esa tarde, se dio cuenta de que podía recorrer a pie la distancia de ida y vuelta al trabajo para pagar algunas de sus facturas y deudas. 

Mandy se compró un par de zapatillas para caminar, y cada mañana y cada tarde iba y venía andando al trabajo. El trayecto fue un reto al principio, pero con el paso de las semanas se dio cuenta de que no sólo ahorraba mucho dinero, sino que disfrutaba de los paseos. Entonces, un día, todo cambió.

Comienza

Mandy tomó su ruta habitual para ir a trabajar un martes por la mañana. Había llovido el día anterior y durante toda la noche, y las calles estaban cubiertas de agua de lluvia. 

Mandy estaba a unos cinco kilómetros del trabajo cuando se dio cuenta de que un coche la seguía. Al principio, no pensó mucho en ello, pero luego notó algo que le puso los pelos de punta.

Siguiéndola

El sargento Scott Bass, de la oficina del sheriff del condado de Nash, conducía su coche cuando vio aparecer una figura familiar en la carretera. 

Pasaba por la comunidad de casas móviles Stone Gate y esperaba encontrar a la mujer en cuestión allí. Hoy tenía un asunto pendiente con ella y no estaba dispuesto a aceptar un “no” como respuesta.

Ser Racional

Mandy se dio cuenta de lo cerca que estaba el coche del borde de la carretera. Además, conducía lentamente, como si quisiera hacerle saber que la estaba siguiendo. 

“Ay, Señor, hoy no, por Dios”, susurró Mandy al ver de cerca el vehículo, viendo que era un coche de policía. Aunque nunca había tenido problemas con la policía, sabía que este tipo de sucesos eran inevitables.

Empezó A Llover Más Fuerte

De repente, empezó a llover más fuerte. Mandy intentó abrir su paraguas, pero el viento helado se lo arrancó de las manos. 

Todavía le quedaba un largo camino por recorrer, pero siguió avanzando a través de los torrentes de agua, pisando con cuidado los charcos que se arremolinaban y conspiraban para romper su equilibrio. Lo último que quería era que el policía la detuviera hoy.

Cansada Y Con Frío

Mandy estaba cansada de intentar caminar más rápido que el coche de policía que obviamente la seguía. Tenía los pies mojados y doloridos, y aunque había tenido cuidado de llevar su par de zapatillas más cómodas, estaba empezando a notar las ampollas. 

Una oleada de fastidio la recorrió. Sólo estaba ocupándose de sus asuntos, ¿por qué no podía el policía dejarla en paz? 

Qué Pensar

Mandy soltó un suspiro mientras seguía caminando, haciendo lo posible por no salir corriendo, aunque sabía que no había hecho nada malo. 

Miró por encima del hombro y vio que el coche había encendido sus luces rojas y azules. Al acercarse a ella, redujo la velocidad, esperando lo mejor. El coche se acercó a la acera y se detuvo.

Acercándose

A lo largo de su vida, a Mandy sólo la había parado la policía un puñado de veces. La situación nunca había sido tensa en todos esos casos, ya que los agentes sólo se habían detenido para hacerle algunas preguntas antes de dejara marcharse. 

Pero algo en su interior le decía que ese no sería el caso aquí. El coche se detuvo lentamente junto a ella y bajó la ventanilla.

Atrapado

La ventanilla del coche se bajó y un agente sacó la cabeza por la ventanilla. “Acércate”, ladró. No había lugar para correr. Ella no podía seguir ignorándolo. 

Mandy nunca había confiado en los policías. Inmediatamente se temió lo peor y su cabeza empezó a dar vueltas. ¿Estaba realmente en problemas sólo por ir andando al trabajo? Pero esta vez no había escapatoria. 

Qué Hacer

Mandy aspiró profundamente. La dejó salir en una lenta exhalación y se acercó al coche, observando su matrícula y las palabras “Sherriff, Nash County” estampadas en su lateral. 

Oyó que las palabras entraban en su cerebro, pero no pudo comprender lo que el sargento Scott Bass decía. Entonces las palabras se ensamblaron lentamente en su significado, y sus ojos se abrieron de par en par con incredulidad.

Tomando Cartas En El Asunto

El sargento Scott Bass le pidió que subiera al vehículo y le dijo que no debía estar en la calle. En un torrente de tartamudeo y pánico, ella trató de explicarle que su sustento dependía de que ella llegara a su oficina, pero él no parecía estar dispuesto a escucharla. 

Bueno, ahora estaba en el vehículo, pensó, y no iba a discutir con la ley. Su destino estaba ahora totalmente en sus manos.

¿Adónde La Llevaba?

Mandy se sentó en silencio en el coche del agente, preguntándose a dónde la llevaría. Entrelazó los dedos y los colocó sobre su pecho de forma protectora, y luego los dejó caer sobre su regazo con un suspiro. 

Parecer nerviosa no iba a ayudar en absoluto. ¿La iba a llevar a comisaría para interrogarla? Ella lo miró con disimulo, pero él siguió conduciendo bajo la lluvia, con los ojos fijos en la carretera.

Desconfianza

Mandy no se había sentido nada cómoda con la situación. Al fin y al cabo, aquel hombre le había ordenado entrar en su coche y ella había obedecido estúpidamente. Debería haber corrido, pensó. 

Aunque fuera un policía, ¿podía confiar en él? y ¿a dónde la llevaba? Su mente se llenó de posibilidades. Entonces, a través de los faros, vio la señal que asomaba entre el aguacero. La había llevado a su lugar de trabajo.

La Había Visto

Mientras se dirigía a la oficina del sheriff del condado de Nash, el sargento Scott Bass se había fijado en Mandy en más de una ocasión, y reconoció su uniforme.

Se había dado cuenta de que ella realizaba el trayecto de 16 kilómetros a pie para ir al trabajo todos los días. Lo cierto es que nadie debería andar por esas carreteras en esta época del año.

Una Oferta

Cuando llegaron, el oficial dijo: “Aquí estamos. Esta lluvia no es nada del otro mundo”. Pero no abrió la puerta.

Mandy frunció las cejas y se dio cuenta de que el oficial no estaba bromeando cuando una expresión de preocupación se extendió por su rostro. Todavía estaba reflexionando sobre sus palabras cuando él le reveló por qué la había detenido.

It Changes Today

“I’ve been seeing you walk this route for more than three months now,” the officer said. “Do you live close by?” Mandy shook her head, saying, “I live about seven miles down the road.”

“And you walk that distance every day?” the officer asked. “I do. Seems long, but you get used to it,” said Mandy with a smile. “Well, that changes today,” the officer said. Mandy had no idea what he had in mind. 

A Tense Situation 

Mandy took the officer’s offer. He said he’d be delighted to drop her at work every day. She was apprehensive about the situation, but then she realized the officer truly wanted to help. 

He was humble and attentive, listening to Mandy’s misfortunes and why she was walking to work every day. Little did she know that he was planning something big behind her back.

Keeping His Promise

Sgt. Scott Bass continued to give Mandy lifts to work whenever the weather turned bitter and whenever she would allow it. It normally took her two hours to walk to her work, and two hours to walk back home each day, so she welcomed the gesture. 

Sgt Bass was impressed with her perseverance and determined to do more. He hastily contacted the local Walmart to see if they could help. Then he did something that would change her life forever.

A Gift

Mandy waited at her usual spot on the road in anticipation. Sgt. Bass had called her and said that he wanted to meet with her urgently, and she couldn’t help but feel nervous. 

Her old feelings of distrust for the cops crept back. She thought that she was about to be reprimanded by the Sgt, although she hadn’t the faintest idea what she had done. 

Calling Her Over

As Mandy wondered what could possibly be going on, she saw the officer pull up in his cruiser. He called her over, and she didn’t know what was about to happen. 

Then, he pulled something large from his car and presented it to her proudly. It was a brand-new Schwinn Fairhaven Women’s Cruiser bicycle.

A Helping Hand

It wasn’t long before word of the officer’s kind deed spread around the town. Local reporters clamored to interview Sgt. Bass.

“I wanted to help Mandy because she walks five miles to work every day regardless of the temperature, rain or shine, stands on her feet during her entire shift and walks five miles under the same conditions back to her home — and that is truly admirable,” Sgt Scott Bass told the local media.  

Viral Video

“I’ve had the opportunity to get to know Mandy and wanted somehow to lessen her burden of that ten-mile walk,” Sgt Bass added in his interview. 

The video if the interview, which was posted by CBS 17 on Youtube, has since gained over 6000 views and hundreds of comments in just a few weeks. People couldn’t get enough of the story.

Proud

The seperate post that the Nash County Sheriff’s Office posted on Facebook in commemoration of Sgt. Scott Bass’ kindness has also been extremely well-received by the community. 

From the comments, it’s obvious that the people are proud to have such a generous member of the community who is always ready to step up for people in need.

Helping The Community

“I was shocked,” Mandy said of the kind officer’s incredible gift, “I didn’t think it was real.” Mandy is so incredibly grateful that she doesn’t have to make the arduous ten-mile journey to her workplace on foot anymore. 

For the first time in months, after a string of unfortunate luck, things seemed to be looking up for her and her family finally.

The Kindness Of Strangers

Thanks to the kindness of one cop who was determined to help the people in his community, Mandy can continue to go to work, earn a livelihood, and support her children. 

After distrusting the police for her whole life, Sgt. Bass had changed her perception of the intimidating men in uniform. Now, she knew that the policemen in her community truly cared about her wellbeing.

In order to protect the privacy of those depicted, some names, locations, and identifying characteristics have been changed and are products of the author’s imagination. Any resemblances to actual events or places or persons, living or dead are entirely coincidental.