Mujer Camina 30 Kilómetros Para Ir Al Trabajo Durante Meses, La Policía Interviene

Se Sintió Traicionado

Le hirvió la sangre al ver los vídeos que había grabado su vecino. ¿Cómo podía su mujer haber hecho algo así?

Llevaba meses intentando interpretar su extraño comportamiento. Su secretismo y sus explicaciones imprecisas no dejaban de desconcertarle. Pero ahora, por fin, estaba más cerca de descubrir la verdad.

Marvin Y Jaylesya

Marvin y su esposa Jaylesya vivían en la pequeña ciudad de Red Oak, en Carolina del Norte. Marvin trabajaba en un almacén y Jaylesya era ama de casa. Llevaban 20 años casados. 

Para cualquiera que los conociera, eran la viva imagen de un matrimonio humilde, pero feliz y estable. Y aunque todos los matrimonios tienen sus secretos oscuros, no parecía haber ninguno en el caso de Jaylesya y Marvin.

Un Marido Orgulloso

El propio Marvin se enorgullecía de lo sencillas y apacibles que eran sus vidas de gente común del campo. Sentía lástima y desprecio por la gente de las grandes ciudades que no sabía quedarse quieta ni tenía claro lo que quería en la vida. 

Estaba convencido de que él y su esposa habían resuelto sus vidas; ahora, todo lo que tenían que hacer con su tiempo en este planeta era envejecer cómodamente juntos. O eso es lo que él pensaba.

Crisis

Tras años de dar trabajo a múltiples personas de la zona, el almacén en el que trabajaba Marvin entró de repente en una época difícil. Esto estaba relacionado con los cambios en la cadena de suministro de la que formaba parte, y no se podía hacer mucho al respecto.

Así que empezaron a despedir a gente. También empezaron a dar menos horas a sus trabajadores, con lo cual estos tenían menos dinero al terminar la semana. Todo lo que Marvin podía hacer era esperar que la situación mejorara, o al menos que no empeorara mucho.

La Situación Empeoró

Pero las cosas empeoraron aún más. Al cabo de unos meses, el sueldo de Marvin era la mitad del que era antes. La cosa llegó a un punto tal que él y Jaylesya tenían dificultades para pagar las facturas.

Así que ambos acordaron lo que era un cambio necesario: Jaylesya tendría que empezar a trabajar. Muy pronto, encontró un trabajo ayudando en la cocina de un restaurante. Le pagaban bien, pero parecía haber un solo problema.

Distancia

El restaurante estaba a 15 kilómetros de la casa de la pareja – un viaje de 30 kilómetros de ida y vuelta. Tenían que ingeniárselas para que Jaylesya llegara todas las mañanas, ya que ni siquiera había autobuses que hicieran esa ruta y ella no tenía carnet de conducir.

Marvin tenía coche: pero con todos los cambios recientes, sus turnos eran bastante imprevisibles. Algunas semanas tenía que trabajar de noche, otras de madrugada, y no siempre podía llevar a su mujer al restaurante. Pero Jaylesya sabía qué hacer.

Caminar

Se comprometió a ir andando al trabajo todos los días para que Marvin pudiera conducir hasta el almacén siempre que lo necesitara. Era un sacrificio que ella sentía que tenía que hacer. 

Marvin se sintió conmovido por la voluntad de su mujer de hacer todo lo posible para ayudarles en su situación. Le prometió que haría todo lo posible para que las cosas mejoraran. Pero con el tiempo, algunas cosas de la decisión de su mujer le hicieron sentir un poco de desconfianza.

A Pie

Jaylesya se negaba a que Marvin la llevara al restaurante incluso en sus días libres. A Marvin le desconcertaba esto. ¿Por qué prefería caminar 30 kilómetros ella sola por aquella vieja y polvorienta carretera incluso cuando él no tenía nada mejor que hacer que llevarla?

“Debe ser muy cansado caminar hasta allí. Deja que te lleve yo, de todas formas no estoy trabajando”, le decía Marvin a menudo cuando volvía a casa del turno de noche. Pero ella siempre se negaba y emprendía felizmente su camino. ¿Por qué hacía eso?

Explicaciones

Ella solía decirle a Marvin que no estaba tan mal, que de todos modos le vendría bien un poco de ejercicio, que no quería molestarlo y privarlo de su merecido descanso. 

Y al principio, Marvin la creyó. Pero al cabo de unas semanas, alguien le envió unos vídeos que le hicieron hervir la sangre: su mujer le había estado ocultando algo.

Subiéndose A Coches

Fue su vecino quien le dio la noticia. Vivía junto a la carretera que su mujer tenía que recorrer para llegar al restaurante. La había visto hacer algo extraños varias veces, y había decidido grabarla y enviar las imágenes al teléfono de Marvin para que pudiera ver qué pasaba.

Los vídeos mostraban a Jaylesya paseando por la carretera, deteniéndose en algún lugar cerca de la casa del vecino y subiéndose a dos coches diferentes. Lo más sorprendente era que uno de ellos era un coche de policía. ¿Qué demonios estaba haciendo?

Marvin Preguntó A Jaylesya

Después de recibir los vídeos, Marvin estuvo pensando en qué hacer al respecto. Cuando Jaylesya llegó a casa, lo primero que hizo fue preguntarle si había caminado todo el camino hasta el restaurante y de vuelta.

“Sí cariño, como todos los días. Pero te digo una cosa, me está empezando a gustar”. Marvin apenas podía contener su ira y su decepción. ¿Cómo podía mentirle así? Pero decidió que se haría el tonto y no se le pediría explicaciones sobre los vídeos; tenía algo mejor en mente para desenmascarar a su mujer.

Siguiéndola

En su siguiente día libre, decidio seguir a Jaylesya al trabajo para ver qué estaba haciendo. ¿Por qué se metía en coches de desconocidos? ¿A dónde la llevaban? Puede que ni siquiera estuviera yendo al restaurante cada día.

Así que se hizo el dormido mientras su mujer salía de casa. Luego se vistió, salió y la siguió desde una distancia discreta. Y al cabo de un rato, lo vio: ¡estaba subiendo a un coche de policía otra vez!

Con Las Manos En La Masa

Marvin corrió hacia su mujer. Ella lo vio e inmediatamente, su rostro cambió de una sonrisa amistosa a una mueca de vergüenza. Un oficial salió del vehículo cuando vio lo que estaba sucediendo. “¿Qué demonios está pasando aquí?”, preguntó Marvin.

Jaylesya rompió a llorar y aseguró a su marido que se lo contaría todo. No había ido andando al restaurante en todos esos días.

La Llevaban

Los primeros días se limitó a ir andando al restaurante, pero era agotador. Un día, un agente de policía que pasaba habitualmente por esa carretera se ofreció a llevarla. Ella se sintió conmovida por su amabilidad y aceptó su oferta; y así había sido desde entonces.

A veces el agente utilizaba el coche de la policía y otras veces su propio coche. Pero llevaba a Jaylesya al trabajo todos los días. Pero, ¿por qué? ¿Por qué no había dejado que Marvin la llevara? ¿Y por qué no le había dicho nada?

La Respuesta De Jaylesya

Ella contestó que no quería molestarle y quitarle tiempo de descanso después de sus largas jornadas en el almacén. Y no le había dicho nada porque tenía miedo de lo que pensara Marvin de que se subiera a un coche con otro hombre. 

Sabía que él tenía mucho que hacer y ella prefería no añadir más preocupaciones a su vida. Entonces, el policía se acercó a Marvin y le habló del día en que había conocido a Jaylesa.  

La Historia Del Sargento Scott Bass

El sargento Scott Bass, de la oficina del sheriff del condado de Nash, iba conduciendo su coche cuando vio aparecer una figura familiar en la carretera. 

Pasaba por la comunidad de caravanas Stone Gate y esperaba encontrarla allí. Pero ese día tenía algunos asuntos con ella, y no iba a aceptar un “no” por respuesta.

Caminando Bajo La Lluvia

Ese día, Jaylesya se dirigía a Bojangles, el restaurante en el que había empezado a trabajar. Llovía mucho y había intentado abrir su paraguas, pero el viento helado se lo había quitado de las manos. 

Todavía le quedaba un largo camino por recorrer, pero siguió avanzando a través de los torrentes de agua, pisando con cuidado los charcos que se arremolinaban y conspiraban para romper su equilibrio. Pero pensó en Marvin y en que tenía que hacer algo para ayudar en la casa.

La Larga Caminata

Ese día, Jaylesya estaba más cansada que de costumbre. Tenía los pies mojados y doloridos, y aunque había tenido cuidado de llevar su par de zapatillas más cómodas, empezaba a notar ampollas.

Todos los días luchaba contra el frío para llegar a Bojangles, y luego hacía el largo viaje de vuelta a casa. Eran un total de 30 kilómetros a pie, pero Marvin dependía de ella. Hasta que un día, el policía la detuvo. Entonces todo cambió.

Dentro Del Coche

El policía, al verla esforzarse bajo la lluvia, se detuvo lentamente a su lado, bajó la ventanilla y le hizo una seña para que se acercara. ¿Había algún problema? 

Jaylesya nunca había confiado en la policía. Inmediatamente se temió lo peor, y su cabeza empezó a dar vueltas. ¿Se había metido en un lío sólo por ir al trabajo bajo la lluvia?

Realización

Jaylesya se acercó al coche patrulla y notó con miedo que tenía “Sherriff, condado de Nash” estampado en su lateral. Con cautela, se acercó a la ventanilla del conductor y se preparó para lo que el policía tenía que decir. 

Oyó las palabras que entraban en su cerebro, pero no pudo comprender lo que el sargento Scott Bass estaba diciendo. Luego, las palabras fueron cobrando sentido y sus ojos se abrieron de par en par con incredulidad.

Taking Matters Into His Own Hands

Sgt. Scott Bass asked her to please get into the vehicle and told her that she shouldn’t be on the street. In a flood of stuttering and panic, she tried to explain to him that their livelihood depended on her getting to Bojangles, but he didn’t seem to be listening. 

Well, she was in the vehicle now, she thought, and she wasn’t about to argue with the law. Her fate now rested entirely in his hands.

Where Was He Taking Her?

Jaylesya sat in silence in the officer’s car, wondering where he was taking her. She entwined her fingers and placed them over her chest protectively and then let them fall into her lap with a sigh. 

Appearing nervous wasn’t going to help anything. Was he taking her in for questioning? She glanced at him shiftily, but he continued to drive through the rain, his eyes on the road ahead.

Distrust

Jaylesya had not been at all comfortable with the situation. After all, This man had just ordered her into his car and she had stupidly complied. She should have run, she thought. 

Even if he was a cop, could she trust him? and where was he taking her? Her mind raced with possibilities. She wished Marvin was here. Then, in the headlights, she saw the sign looming through the downpour. He had taken her to her workplace, Bojangles.

Not The End

While he was commuting to the Sheriff’s Office of Nash County, Sgt. Scott Bass had noticed that Jaylesya was wearing a Bojangles uniform and had realized with dismay that she had been making the 12-mile journey on foot to work every day. 

That’s when he decided to give her a lift. Nobody, he thought, should have to walk in such bad weather. But his kindness wasn’t about to end there.

A Plan

Sgt. Scott Bass explained that he had continued to give Jaylesya lifts to work every single day. It normally took her two hours to walk to Bojangles, and two hours to walk back home each day.

After her initial panic about being stopped by a cop, she welcomed the gesture. Marvin was moved by the officer’s generosity, but the cop’s kindness didn’t end there.

He Wanted To Do More

After speaking to Marvin and learning about the couple’s situation, Sgt Bass was impressed with Jaylesya’s perseverance and determination to help support her husband during difficult times. 

He hastily contacted the local Walmart to see if they could help. He wanted to try and do something to improve Jaylesya and Marvin’s circumstances. 

A Gift

One morning, Sgt. Bass had said that he wanted to meet with Jaylesya. Lingering feelings of distrust made her think that she was somehow about to be reprimanded by the Sgt, although she hadn’t the faintest idea what she had done. 

As she wondered, she saw him. He called her over, and she didn’t know what was about to happen. Then, he pulled something large from his car and presented it to her proudly. It was a brand-new Schwinn Fairhaven Women’s Cruiser bicycle.

A Helping Hand

“I wanted to help Jaylesya and Marvin because she walks six miles to work every day regardless of the temperature, rain or shine, stands on her feet during her entire shift, and walks six miles under the same conditions back to her home — and that is truly admirable,” Sgt Bass explained.  

“I’ve had the opportunity to get to know her and her husband and wanted somehow to lessen her burden of that 12-mile walk.” 

Proud

The interview, posted by CBS 17 on Youtube, has since gained over 6000 views and hundreds of comments in just a few weeks. 

The post that the Nash County Sheriff’s Office posted on Facebook in commemoration of Sgt. Scott Bass’ kindness has also been extremely well-received by the community. They are proud to have such a generous member and are always ready to step up for people in need.

Helping The Community

“I was shocked,” Jaylesya said of the incredible gift, “I didn’t think it was real,” She is extremely grateful that she doesn’t have to make the arduous 12-mile journey on foot anymore.

Thanks to the kindness of one cop who was determined to help the people in his community, Jaylesya can continue to help her husband. Things were looking up for the first time in weeks.  

In order to protect the privacy of those depicted, some names, locations, and identifying characteristics have been changed and are products of the author’s imagination. Any resemblances to actual events or places or persons, living or dead, are entirely coincidental.