Esposa Descubre A Una Mujer Colándose En El Garaje Detrás De Su Marido Y Entra En Acción

Pillados In Fraganti

Estaba cerca de la entrada de su casa cuando notó algo extraño en ella. La puerta del garaje estaba abierta, aunque solo un poco. Dentro, la reluciente camioneta de su marido brillaba en la oscuridad.

Se detuvo en la acera, tratando de encontrarle sentido a todo. Su marido nunca aparcaba su vehículo dentro del garaje, así que ¿por qué hoy era diferente? Aún estaba debatiendo la cuestión cuando sus ojos captaron a una mujer vestida de negro que pasaba a hurtadillas junto a la camioneta.

Linda Y Cliff

Cuando Linda y Cliff se mudaron a una pequeña ciudad de Iowa, sólo querían encontrar un buen vecindario para formar su familia. Los dos habían estado por todo el país, saltando de estado en estado debido a sus trabajos.

Pero ahora que se acercaban a la treintena, Linda les propuso la posibilidad de establecerse en un pueblo pintoresco que, además de tranquilo, fuera también seguro. Ella no tenía ni idea de dónde se estaba metiendo.

Los Primeros Años

Linda y Cliff se conocieron cuando tenían poco más de veinte años. Linda estaba a punto de licenciarse en Derecho, mientras que Cliff había aprobado el examen de acceso para incorporarse al entrenamiento de los navy SEAL.

La relación sentimental de ambos sería intermitente, y muchas cosas amenazarían a separarlos. Pero no pasaría mucho tiempo antes de que hicieran lo inesperado.

Pasando Por El Aro

Linda y Cliff llevaban siete años juntos antes de que Cliff se arrodillara y le hiciera la pregunta mágica. Para entonces, él ya era un navy SEAL en toda regla con varias misiones a sus espaldas, mientras que Linda había estudiado un doctorado en Derecho Civil.

Durante la mayor parte de sus veintes y principios de sus treintas, los dos pasaron su tiempo a través de América, con los despliegues de Cliff casando perfectamente con las conferencias de Linda como profesora invitada en muchas universidades. Pero esta armonía no duraría mucho.

Su Hogar

Todo cambió cuando la pareja se trasladó a Iowa. Su hogar era una casa perfecta de dos plantas con dos garajes, un camino de entrada y el jardín más ideal que Linda había visto nunca.

Al ver la casa y el vecindario que la rodeaba, supo que era allí donde estaba destinada a criar a su familia. Los meses siguientes pondrían a prueba su fe.

Problema

Linda y Cliff siempre habían tenido sus problemas. Algunos eran de gran envergadura, como las rupturas que precedieron a su matrimonio. Otros eran mínimos, y a menudo necesitaban una simple disculpa para solucionarse. Pero entre sus mayores problemas hubo un incidente aislado en el que Cliff no trató bien a Linda.

Ella le pilló en una posición poco comprometida con una de sus amigas, lo que provocó un altercado que casi les cuesta la relación. Aunque habían pasado varios años desde aquel incidente, Linda siempre esperaba que la historia no se repitiera.

Mudanza A Iowa

Su traslado a Iowa fue tan tranquilo como esperaban. Se instalaron en su casa, Linda encontró trabajo en una universidad local como profesora mientras Cliff disfrutaba de sus pocos meses en casa antes de volver a la base.

Debido al horario de enseñanza de Linda, salía de casa temprano y volvía por la noche. No tenía ni idea de lo que hacía su marido a sus espaldas.

Un Día Diferente

El día del incidente fue diferente para Linda. A mitad de la jornada le había entrado una tos muy fuerte.

Después de reprogramar el resto de sus clases, se dirigió a la clínica del pueblo, le recetaron un medicamento y se apresuró a volver a casa. Lo que encontraría no le dejaría otra opción que vengarse.

El Garaje, La Mujer Y La Camioneta

Linda estaba cerca de la entrada de su casa cuando notó algo extraño en su hogar. La puerta del garaje estaba abierta, aunque apenas. Dentro, el reluciente destello de la camioneta de Cliff brillaba en la oscuridad.

Linda se detuvo en la acera, tratando de encontrarle sentido a todo. Cliff nunca aparcaba su vehículo dentro del garaje, así que ¿por qué hoy era diferente? Aún estaba debatiendo la cuestión cuando sus ojos captaron a una mujer vestida de negro que pasaba a hurtadillas junto a la camioneta.

Encararlo De Frente

Linda no sabía qué pensar de la situación. Su sangre hervía lentamente al recordar cómo Cliff la había agraviado años atrás.

Había tenido que hacer todo lo posible para perdonar y dejar todo atrás. Pero nunca lo olvidó. Con la furia a punto de estallar, se bajó del coche y entró en el garaje. Se enfrentaría a este asunto de cara.

Una Persona Indulgente

Linda siempre había sido una persona indulgente. Por mucho que intentara no pensar lo peor en esta situación, su mente conjuraba sus mayores pesadillas para atormentarla.

Pero cuando se coló en la casa para ver mejor a la mujer, enseguida se dio cuenta de que lo había malinterpretado todo. Mientras se asomaba desde un rincón, un pensamiento arrasó su mente: Estoy en peligro.

La Realidad De Las Cosas

Linda retrocedió lentamente por el pasillo, saliendo de la casa por donde había entrado. Había pensado que la mujer buscaba a su marido cuando se dio cuenta de que estaba terriblemente equivocada.

La mujer era una ladrona armada hasta los dientes. Linda cerró todas las puertas exteriores, incluido el garaje, a través del sistema automatizado de la casa y llamó a Cliff.

Corriendo A Casa

Cliff estaba en casa de un amigo de la marina cuando Linda llamó. Sin que ella lo supiera, había pasado allí la mayor parte del día para evitar el aburrimiento de estar solo en casa. No lo dudó y cogió el primer taxi que le llevó a casa. Quienquiera que hubiera decidido robar a su familia había cometido un terrible error.

Cliff encontró a Linda de pie, lejos de su casa. La abrazó con fuerza, contento de que estuviera bien, antes de marchar hacia la casa. Pero Linda hizo algo que le hizo detenerse en seco.

Por Favor, Quédate

Linda rodeó con sus dedos la muñeca de su marido con fuerza. No habló, pero sus ojos brillantes le dijeron todo lo que necesitaba saber: Por favor, no te vayas.

Cliff llevaba más de una década con Linda, y siempre había visto esa mirada cada vez que su pelotón era desplegado. Esta vez se quedaría a su lado.

El Camino Correcto

Cliff se quedó atrás, llamando a la policía en lugar de manejar la situación de forma independiente. Era más que capaz de despachar cualquier peligro que acechara dentro de su casa, pero la mirada de Linda lo mantuvo firme.

La policía irrumpió en la casa en menos de una hora, atrapando a la ladrona que se encontró atrapada sin salida. Dieron las gracias a Cliff y Linda por haber elegido la forma correcta de afrontar la situación.

Sentirse Aliviada

Linda se sintió aliviada. Estaba en brazos de su marido y se sentía segura. Había tenido un día muy estresante, pero al menos ya había terminado. El ladrón se había ido y la policía le tomó declaración.

Le hicieron las preguntas habituales, como los posibles motivos. Pero ella no tenía ni idea de que aquello estaba lejos de acabar.

Al Día Siguiente

Al día siguiente, Linda sintió que podía dejar atrás todo lo desagradable y continuar con su vida normal. Comenzó su rutina habitual, que incluía ordenar la casa mientras Cliff estaba en el trabajo.

Pero al empezar, no tenía ni idea de que encontraría algo que le devolvería todo su terror. Y estaba dentro de su casa.

Asegurarse De Que Faltaba Nada

Linda tenía otra razón para limpiar un poco. Quería asegurarse de que el ladrón no se había llevado nada. Se tranquilizaría cuando estuviera segura de que nada estaba fuera de lugar. Limpiaba a fondo a medida que avanzaba.

Estaba contenta de haberse tomado el día libre para hacerlo. Su jefe se mostró comprensivo cuando se enteró del robo. Pero no tenía ni idea de que las cosas iban a cambiar drásticamente en unos instantes.

No Faltaba Nada

Después de revisar casi toda la casa, Linda no vio que faltara nada. Era como si la mujer supiera que todo había terminado y hubiera decidido no llevarse nada. Sólo le quedaba una última habitación por revisar.

Linda sólo tenía que limpiar su dormitorio y luego podría relajarse. Pero no era consciente de que la mujer había dejado algo en lugar de llevarse nada. Y eso la haría entrar en pánico.

Debajo De La Cama

Mientras limpiaba el dormitorio, Linda cambió las sábanas y las fundas de las almohadas y barrió el suelo. Limpiar siempre había sido terapéutico para ella, pero algo la pondría nerviosa muy pronto.

Mientras barría debajo de la cama, sintió que la escoba golpeaba algo sólido. Cliff no solía guardar nada debajo de la cama, pero una vez que lo comprobó, se le heló la sangre.

A Black Bag

Linda couldn’t believe what she had found underneath the bed. There was a black canvas bag wedged between the bed and the wall. She had never seen it before, and questions started racing through her mind.

She tried to rationalize the situation. Perhaps it was Cliff’s? As a Navy man, she was sure he had a bug-out bag in case things went sideways. But she had no idea how wrong she was.

Calling Cliff

Linda wasn’t sure what to do. Next, she decided to call Cliff before doing anything thing else. If this was, in fact, his bag, then she could just put it back and forget about it. She dialed his phone and waited for him to pick up.

But once her dear husband answered the phone, he wouldn’t say what she wanted to hear. In fact, his words would be anything but reassuring.

Not His

Cliff picked up the phone and answered the call from his wife. He heard a frantic voice on the other side. “Hi, honey. I know you’re busy right now, but I needed to know where this bag came from. The one underneath the bed. It’s yours, right?”

Cliff’s heart immediately started racing, “What bag? I don’t keep any bag underneath the bed. What’s going on?”

Panic

In a panicked voice, Cliff told Linda to leave the bag alone. If it wasn’t his and it wasn’t hers, then it was more sinister than either of them could have guessed. It was now clear to the couple that the bag was left there by the burglar.

But the thing was that Cliff wasn’t there to protect his wife if the bag was dangerous. He told her to come out of the house, and he’d meet her outside. But his wife’s curiosity would get the better of her.

Racing Home

Cliff called a cab just like the day before and told him to rush to his address. He knew that every second counted when it came to situations like this. His Navy training kicked in, and he knew what to do.

He made a phone call to the local police again and said he’d meet them outside of his house. But none of them knew that Linda was already considering doing something foolish.

Linda’s Curiosity

Linda had hauled the bag outside of their home and left it on the porch. She waited around for Cliff, but with each passing minute, she grew impatient. She felt a burning curiosity in the back of her mind.

She knew it could have been dangerous. But for some reason, she needed to know what the burglar had the audacity of leaving in their home.

Justifications

Linda even started thinking of justifications to open the bag. What if it was false evidence planted in the house to get Cliff in trouble? She didn’t want anything like that happening to her beloved husband.

She decided that was justification enough and bent down to open the black bag. But what she’d see inside would make her jump back and scream in horror.

Inside The Bag

Inside the bag were a lockpicking device, rope, a hammer, a notebook, and a pistol. Linda’s blood ran cold when she saw the firearm. What exactly did the woman plan on doing just a day earlier when she broke in?

But little did she know the notebook would be the most harrowing thing to be found inside the bag. It would change everything.

The Notebook

Linda reached into the bag and took out the notebook. She started reading through it and felt a shiver down her spine. There were addresses written down in the book with details about the residents living there. This included her address with her details, and it was circled.

The burglar must have been watching the neighborhood, writing details about every house. This made her feel more unsafe than she had ever felt before. But she also felt relieved as a cruiser arrived on the scene and her husband soon afterward.

The Police Arrive

The police took the bag and all of its contents as evidence. They expressed satisfaction that the notebook with sensitive information about her and her neighbors was now not in the wrong hands. They explained that the evidence would help keep the woman behind bars for an even longer time.

But Linda was just glad there was nothing harmful in the bag. Now she could really put the event behind her and focus on her life with her husband.

Disclaimer: To protect the privacy of those depicted, some names, locations, and identifying characteristics have been changed and are products of the author’s imagination. Any resemblances to actual events, places, or persons, living or dead, are entirely coincidental.